¿Qué es la ansiedad?


 

Estamos en el paleolítico: un hombre primitivo armado con luna lanza, avanza sigilosamente entre la espesura de un bosque de la sierra de Atapuerca, está siguiendo el rastro de un pequeño cervatillo. De repente, entre la maleza baja del bosque se mueven las hojas de un helecho y nuestro querido ancestro, confiado, se acerca para dar caza a su presa, pero...¡Sorpresa! de entre el follaje aparece un tigre de dientes de sable.


     Algo sucede en el interior de nuestro amigo; su corazón se acelera, la respiración se agita, la visión se focaliza, siente un fuerte golpe de calor, la sangre acude hacia los músculos y estos se tensan al unísono, en su cabeza aparece una inminente señal de peligro, y todo esto le ayuda a actuar velozmente para poner su vida a salvo trepando por las ramas de un árbol.

     Esta misma situación se ha repetido a lo largo de los tiempos, aunque con diferentes peligros. Cada vez que "percibimos" un peligro nuestro organismo reacciona de la misma forma, pensamos las mismas cosas, sentimos las mismas sensaciones y actuamos de forma similar. Esta reacción es ansiedad.

    Todo el mundo habla de ansiedad, nervios, estrés, tensión, miedo, pero ¿Qué es realmente la ansiedad? La ansiedad es un sofisticado sistema de supervivencia. Es un mecanismo destinado a hacer que los individuos de una especie sobrevivan a los peligros que el mundo les depara. Se puede decir sin lugar a dudas que hoy estamos aquí porque nuestros antepasados tuvieron ansiedad. Esta ansiedad les permitió no desaparecer como especie sorteando toda clase de peligros y depredadores, (tal como le sucedió a nuestro querido ancestro con el tigre de dientes de sable).

     Sin embargo si las virtudes de la ansiedad son ciertas, ¿Por qué la asociamos normalmente a palabras negativas como "desasogiego", "nervios", "estrés", "agobio"...?


                            

      Tener  ansiedad es algo bien diferente a tener un trastorno de ansiedad. En estos trastornos, el programa de ansiedad se dispara ante situaciones que objetivamente no entrañan un peligro físico "real" o, que el riesgo es realmente escaso. Lo malo de un trastorno de ansiedad no es en sí la ansiedad, sino más bien que ésta se dispara innecesariamente. Y toda la química que nuestro cuerpo prepara para actuar físicamente, es decir, correr, atacar, huir, pelear, se la tiene que "comer con patatas", ya que los peligros del siglo XXI no requieren atacar o defenderse físicamente. Esta activación, si se mantiene en el tiempo, genera un desgaste en nuestro cuerpo porque está utilizando recursos, que en realidad no son necesarios para abordar las situaciones de nuestra era. Se trata de una falsa alarma. 

    Si nuestra ansiedad se activa ante la presencia de un tigre de dientes de sable, sería magnífico paro poder escapar del peligro, sin embargo el programa de ansiedad se suele disparar ante situaciones donde el peligro "real" es prácticamente inexistente.

¿Qué reflexiones podemos sacar? 🤔

 

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